martes, junio 10, 2014

PODEMOS ES SU MOVIMIENTO


Lodewijk Meyer: ¿Y en esas pasiones fías tus esperanzas? ¿En la muchedumbre?. Baruch Spinoza: No en sus pasiones, amigo. En la potencia de sus acciones. Spinoza y la multitud (El resto falta)

 
Cunde la sensación, y en muchos casos el convencimiento, de que sería la forma partido la que proporcionaría a Podemos, incluso a cualquier otra forma organizativa resultante por venir, un incremento de escaños que lo situarían como tercera fuerza resultante en unos próximos comicios, cuando es su subordinación al movimiento la que potencia su institucionalización, su empoderamiento, no sólo parlamentario, sino el que ha derivarse de las propias necesidades inmanentes referidas al trabajo, la salud, la educación, la vivienda, la deuda, la renta básica, etc..., lo cual no debe pasarse por alto en las próximas elecciones municipales donde a partir de un gobierno más cercano al ciudadano se pueden institucionalizar tales deseos multitudinarios que son el auténtico programa de toda candidatura que se subordine al movimiento. Sólo atendiendo a esa dinámica tumultuosa que marca estratégicamente el devenir político del movimiento puede abordarse y desbordarse el marco institucional impuesto. Resumiendo: a más movimiento, más votos, sin que este último sea el objetivo sino la consecuencia.
 
             Cuando se transita este pasaje de subordinación al movimiento empiezan a surgir tensiones. Si el 15M hubiera generado Podemos quizá no estaríamos sometidos a esta ambivalencia partido vs movimiento, pero su origen es un tanto demiurgico. Este hecho que en un principio podría ser indiferente ante la necesidad del impulso demandado por una solución ‘electoral’ al quincemayismo, ahora se muestra en toda su problemática. La tarea quizá consista en que se generen dinámicas que propicien nociones comunes, un sentido común 'bueno', que no puede partir sino de lo inmanente, de las luchas materiales de la gentes sometidas a las políticas austericidas y no de 'notables', 'partido' ni aparato alguno destinado a tener el poder, que, en todo caso, sería una consecuencia de esa institucionalización de lo común. En este pasaje cobra fuerza la subordinación de las agencias quincemayistas, incluida Podemos, en un objetivo común subordinado al movimiento. Podemos es su movimiento, su rekombinación, su devenir en máquina multitudinaria, anónima ‘porque somos muchos’. Posiblemente la gente, y la gente de los Círculos en particular, no lo vea y piense haber encontrado un 'libertador', un Príncipe -tanto da Pablo que Podemos-, sin darse cuenta que lo somos tod@s. Quienes desde el inicio vieron en Podemos un tránsito, una composición materialista del movimiento necesaria pero contingente, pueden asumir este paso sin traumatismos, pero es imprescindible que lo demos tod@s. Políticamente nada está determinado, la oportunidad requiere la virtù multitudinaria a la que no se ha de apelar sino confiar en la potencia de sus acciones.

 Así pues, la apuesta no es apostar por Podemos sino porque la forma 'partido' se subsuma en nuevas formas organizativas, conscientes que el éxito obtenido hasta ahora no es ex novo sino que surge de la cooperación social existente en la nueva composición técnica del trabajo cuya potencia se ha desplegado en las luchas acontecidas estos años bajo la forma 15M y sus rekombinaciones (Plataforma de Afectados por la Hipoteca, mareas multicolores, huelgas generales, campamentos dignidad, luchas contra los EREs, corralas, redes de solidaridad popular o marchas de la dignidad). Sólo asumiendo que la estrategia viene marcada por el movimiento podemos adelantarnos a las recomposiciones de un régimen que puede tratar de evitar el impulso municipalista adelantando las elecciones generales, Gran Coalición mediante.

 

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